lunes, 29 de noviembre de 2010

El Señor de los Toreros (Cap. III)

Sobre 1880 se hizo cargo de la cofradía, tras fallecer el anterior Hermano Mayor, el ya citado Rafael Molina Sánchez “Lagartijo”, coincidiendo con un tiempo de bonanza y auge para la corporación Carmelita.

“Lagartijo” se convirtió en un gran devoto de Jesús Caído tras encomendarse a Él a raíz de sufrir una grave cornada en 1884 y salir indemne de aquel percance. En agradecimiento encargo una túnica de terciopelo morado con bordados en oro que provenían de capotes que él mismo donó y que sigue luciendo el titular de la cofradía cada Jueves Santo; a pesar de haberse pasado el bordado a terciopelo nuevo debido al estado de deterioro en el que se encontraba el original.



 
Durante los años postreros, finales del siglo XIX y principios del XX, diversos toreros locales, subalternos así como gente vinculada al mundo del toro, siguieron ligados muy estrechamente a la cofradía.

Después de unos años de decadencia y pasada la guerra civil, la semana santa cordobesa vuelve a tener un nuevo realce. La Hermandad del Caído pone sus ojos en un hermano del barrio de Santa Marina, Manuel Laureano Rodríguez Sánchez; aquel chico que unía sus apellidos a la tauromaquia y a la hermandad de Jesús Caído desde niño, y que convertido ya en un hombre, empezaba a vislumbrar el futuro que tenia en los ruedos.


 
En 1939 Manolete es elegido hermano Mayor del Caido. “El Monstruo” incorpora a su junta de gobierno a miembros ilustres de la cofradía, así como a personajes de su confianza, como por ejemplo su hermano y apoderado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...