jueves, 17 de febrero de 2011

La F1 y las fechas de la Semana Santa (II)

Hace muy pocos días y aprovechando los entrenamientos de las distintas escuderías de F1 en el circuito de Jerez, el joven piloto catalán Jaime Alguersuari se acercó a la basílica de la Macarena para pedir a la Virgen salud y suerte en su prometedora carrera deportiva.

Jaime Alguersuari en su visita a la Macarena
Sin embargo, esta visita que pudiera resultarnos casual, responde a una tradición y devoción muy arraigada en su familia, pues su tatarabuela materna fue sevillana y macarena, llegando incluso a bordar parte de uno de los mantos de la Macarena en el taller de Rodríguez Ojeda.

Carmen Escudero, madre de Jaime, heredó este amor por la Santísima Virgen en su advocación de Macarena, y queriendo que su hijo recibiera también este enorme don, "escondía" las estampas de esta Virgen sevillana en el casco de su hijo, quien al descubrirlas, abrazó la devoción de sus abuelas no poniéndose ningún casco en la actualidad que no lleve por dentro una fotografía de la titular de la Hermandad de la Sentencia de Sevilla.

Momento del accidente de Robert Kubica en 2007
Pero esta relación de la F1 con la religión no comienza con Jaime Alguersuari, sino que en la mente de todos estarán las estremecedoras imágenes de los dos últimos accidentes de Robert Kubica, piloto polaco que siempre lleva bajo su casco una fotografía de Juan Pablo II. De hecho, a cerca del accidente de 2007 el Vaticano está investigando si pudiera tratarse de un milagro, pues, según los técnicos, el HANS (o collarín que llevan los pilotos de F1) "sólo" puede soportar fuerzas de hasta 45G, habiendo soportado en aquel accidente una fuerza equivalente a 78G, con una desaceleración tan rápida que su cabeza debió soportar un peso equivalente a 418 Kg.

Y es tanto el amor del piloto por Juan Pablo II, que tras el accidente sufrido hace muy pocos días durante el desarrollo de una prueba que a punto ha estado de costarle la mano derecha, Kubica va a recibir desde el Vaticano un relicario con una gota de sangre de Juan Pablo II y un pedazo de tela de su hábito.



Sobran las palabras

Por cierto, ¿han echado cuentas ya de la fecha en la que se celebrará este año el Gran Premio de Mónaco?

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