jueves, 12 de septiembre de 2013

Hermandad y Cofradía del Sagrado Mercadeo

Atrás quedaron las antiguas hermandades donde para ser miembro se debía acreditar limpieza de sangre, ser cristiano viejo, o simplemente pertenecer a un determinado gremio y un historial impoluto. La formación en aquellas hermandades distaba mucho de la que se ofrece hoy en día en las actuales cofradías, siendo nuestros antiguos hermanos conscientes verdaderamente de lo que hacían al darse de alta de cualquier hermandad, hasta el punto de jurar defender con su propia vida dogmas como el de la Inmaculada Concepción.

Foto: Blog Antiguas cofradías

Sin embargo hoy en día contemplamos atónitos cómo la formación a los hermanos es más que escasa, siendo el apartado litúrgico el que se lleva la palma; tanto entre los cofrades y fieles en general como entre los propios consiliarios y religiosos (según palabras de S. S. Benedicto XVI). 

No es extraño contemplar en los cortejos cómo nazarenos portan elementos del patrimonio de la hermandad, de los que poco llegan a saber o entender. Sólo debemos preguntar a éstos, los cuales contestarán sin problema ninguno aún cuando se encuentren en plena estación de penitencia, para entender que pocos saben qué significa una bocina, por poner un ejemplo. Y fuera de Semana Santa, ¿quién no ha visto a las representaciones cofrades durante la procesión del Corpus apoyar los estandartes en cualquier esquina, despojando a éstos de esta manera de su identidad e incluso su dignidad? No por el material en el que están bordados, sino por lo que representan. Y si bien tal vez la falta de formación no sea directamente su culpa, desde luego que es su responsabilidad.

Desde hace algún tiempo a esta parte vengo comprobando cómo en muchas de las páginas web de distintas hermandades (querido seguidor, no se asuste usted que ocurre en toda Andalucía, no sólo en nuestra ciudad), existe un link que nos lleva directos a la solicitud de hermano; un formulario que rellenar para poder inscribirse en la hermandad. Sin embargo todas ellas carecen de una pantalla previa en la que se anuncie que para pertenecer a la hermandad se debe pasar primero por la sede, darse a conocer, asistir a unos cursillos tanto de cristiandad como de nociones básicas de cofradías, para entonces, y sólo entonces, serle entregada la solicitud de hermano. Por no hablar del aval que se debería presentar por miembros antiguos de la corporación, quienes ofrezcan su honor por el del nuevo hermano.

Lo que desde luego no falta en dichos formularios es el hueco para rellenar con el número de cuenta corriente.

Éste parece ser uno de los principales fines de las hermandades: un mayor número de hermanos, con cortejos y estrenos cada vez mayores. Pero lo que aún nos llama más la atención es la falta de derechos que el propio hermano no denuncia, pues ostentando el derecho a pagar y a poder participar en la procesión sus necesidades cofrades parecen quedar plenamente cubiertas. Pocos son los hermanos que exigen a su hermandad una claridad en su gestión (lo cual sólo se puede hacer a través de la asistencia a los Cabildos) o una formación reglada tanto en lo religioso como en lo cofrade. 

Las medallas, desde antiguo un símbolo de distinción por los logros obtenidos, ya no las imponen las hermandades en agradecimiento por los deberes cumplidos o los años de servicios abnegados, sino que se venden, a un precio más o menos módico para que no haya ningún hermano sin la suya, en las mesas petitorias de los cultos o las tiendas de recuerdos de muchas hermandades. Y por si estoy no fuera poco, algunos se atreven a dejársela puesta tras el acto oficial que la hubiese requerido, mostrándola sobre su pecho a juego con la corbata o pañuelo. El honor de haber comprado la medalla eclipsa a la necesidad de saber usarla, con independencia de no haberse planteado nunca si su uso es diferente al de la chaqueta azul marino (o azul cofrade). La cuota de hermano cubre el derecho de hacer mal las cosas y no querer ni tan siquiera saber que hay una manera correcta de hacerla, pues vaya a ser que el conocimiento me traiga obligaciones. 

Bienvenidos a la Hermandad y Cofradía del Sagrado Mercadeo.

David Simón Pinto Sáez

2 comentarios:

  1. Gran artículo en el que se dicen verdades como puños y al que le moleste lo que se ha escrito, que se lo haga mirar a ver porque.

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  2. Gracias David por el artículo.
    ¿Para cuando la segunda parte?.
    ¿Y las clases online "PARA COFRADES"?.
    NECESITO MAS.
    ARV.

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