martes, 3 de septiembre de 2013

La torre de San Lorenzo y la calle Escañuela

En alguna ocasión nos hemos referido en este blog a José María Rey Díaz, cronista que fue de Córdoba y nieto de José María Rey Heredia, y a quien debemos las magníficas crónicas y escritos a través de los que tanto hemos aprendido de nuestra ciudad y Semana Santa.


Hoy recordaremos un precioso artículo publicado en el diario La Voz, en 1924, sobre un paseo que Rey Díaz hizo por el barrio de San Lorenzo y que llevó por título "Peregrinando por la Ciudad", en el que aprenderemos cómo eran nuestro barrio hace casi un siglo.



Peregrinando por la ciudad.
Una visión fantástica 
Caminando por la calle que llaman de Escañuela, yendo desde la "Cal d'avejar" hasta salir frente por frente hastial de la iglesia de San Lorenzo, es olvidarse de que se anda por los interiores de una ciudad principal. 
Vía excusada y estrecha que quiebra en ángulo varias veces; lugar poco poblado cuyas paredes bajas y desconchadas corresponden o a casucas humildes o a tapiales de huertos, o a lienzos de muralla en ruinas; internarte calle adentro a la hora tenebrosa de una madrugada, es sentir la emoción de una aventura, o el calofrío de un peligro buscado. 
Y, sin embargo, bien vale la excursión cuando allí nos aguarda, bien merece la bella perspectiva que desde aquel lugar -y sólo desde él- se ofrece a nuestros ojos, un tránsito nocturno por la calle Escañuela, ascaso de las menos conocidas. 
La masa obscura del templo parroquial, dejará apreciar la línea bellísima de sus ojivas ciegas, y la torre de San Lorenzo, la torre de la suprema gallardía, se reconstará con magestad suprema sobre el manto hermosísimo del claro cielo. 
Nada estorba la visión; que aunque las calles que recorremos es estrecha, son tan bajas las tapias y los ruinosos restos de la muralla, que nada quitará su amplitud magna al ambiente de cuadro. 
La torre de San Lorenzo, esta torre calada en la que parece que una mano gigante torció y cambió los ángulos de sus tres cuerpos altos, ofrecería una visión fantástica. En uno de sus planos creerá el observador que hay una grieta abierta por donde sale una ráfaga brillante de luz blanca y potente. 
Vulgar -más que vulgar- es la causa que determinar aquel fulgor fantástico, rayo que cruza junto a la torre de San Lorenzo - vista precisamente desde la tenebrosidad de la calle Escañuela- y que es como una estrella blanca y luminosa de caballera en el manto sublime de la noche cordobesa; pero hasta no saber en qué consiste el extraño fenómeno, no puede el caminante darse cuenta de si lo que ve es una quimera, es fantasía o realidad. 
Ve lector, y comprueba por ti cuando decimos. Sigue el consejo que va inspirando estos renglones desde hace día; sé el peregrino en tu propia tierra cordobesa, y cuando quieras conocer este rincón notable de la ciudad, piensa que tus abuelos jamás de noche quisieron pasar por esa calle que va desde la "Cal d'avejar" a San Lorenzo, temerosos de ser sorprendidos por cierta alma en pena que en forma de ternera descabezada, vagaba por aquellos lugares y que ere una mala hija que pagaba de tan extraño modo el mal trato que en vida había recibido de su madre. 
José María Rey

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