Costaleros del Calvario: Entrevista a Fernando Aguado (II)

8.- ¿A partir de ese día se entra en el taller de la misma manera?

Siempre entro y me voy del taller santiguándome, esté o no una Imagen bendecida para su restauración. Par mi el estudio es mi segunda o casa, o casi una prolongación de la primera, pero a la vez es un lugar donde se fragua la devoción me muchas personas y eso me infunde mucho respeto.

María Santísima de la Palma. Elche

9.- Pudiéramos interpretar la bendición de una imagen el momento a partir del cual puede recibir culto. Sin embargo algunos imagineros manifiestan que, sobre todo en las últimas etapas del proceso de talla, hablan y rezan a las imágenes. ¿Hablamos de iconoclastia o realmente podemos encontrar a Dios incluso en este estado no finalizado de una imagen?

Esto es algo muy personal. Cada uno lo vivirá a su manera. Para mi no es iconoclastia puesto que se perfectamente lo que son, y no sólo son madera y oleo. Son mucho más por todo lo que les rodea y lo que cada uno quiera sentir cuando está frente a frente a ellas. Para mí, si no entendiese su significado y transcendencia desde el primer momento en que empiezo a crearlas, estaría perdido en este oficio.

Virgen del Consuelo y Longinos. Elche

10.- El Concilio de Trento dotó a las imágenes sagradas de una importancia como nunca la habían tenido con anterioridad. ¿Cree usted que hoy en día entendemos lo que allí se pretendió o la Semana Santa de Andalucía ha elevado la imaginería a un nivel incluso superior al otorgado por el propio Concilio?

Creo que tiene mucho que ver con el carácter del sur. Somos apasionados y como tal vivimos nuestras cosas, y muchas veces nos pasamos de la raya de tanto fervor, que a veces, es incluso un poco falso y ese sí que tiende a la iconoclastia. Nuestra religiosidad popular es muy especial y como tal la manifestamos, casi como el eje de nuestras vidas.

Niño Jesús de Praga. Iglesia del Santo Ángel. Sevilla.

11.- Todos los artistas, de cualquier rama, tienen en algún momento el sentimiento de perder la obra en beneficio de su público; en este caso los fieles. ¿Qué se siente al entregar una obra?

En mi caso te puedo decir que es un sentimiento al que no le encuentro palabras. No es ni bueno ni malo, es algo que no se describir siempre y cuando se trata de una obra devocional. Cuando son de otra índole desde el primer instante en que se marcha pienso en mi autocrítica, en cómo mejorar para la siguiente, cómo evolucionar. Si se trata de Una Dolorosa, un Cristo…..me dejo llevar por lo que se respira en el estudio cuando viene a llevárselo. También lo analizo desde lo profesional, pero antes atiendo a que haya transmitido lo que pretendía, que es lo que más me importa. Si eso se cumple respiro……y después analizo. Pero cuando está terminada, sea la obra que sea, nunca atiendo a que yo sea su creador, su autor. Me supera esa sensación, sin atender a la calidad que tenga sea buena o mala. Tan sólo me extraño de hacer estas cosas….

Cartelas del Cristo de la Salud de San Bernardo. Sevilla.

12 - Hasta ahora hemos basado nuestra charla en la imaginería procesional. Sin embargo existe otra imaginería cofrade que, aunque igualmente procesional, está llamada a ser más decorativa, y a la que tal vez dediquemos menos atención. Podemos hablar de la imaginería de la bambalina del paso de palio de la Hermandad de la Sed o de las cartelas del paso de misterio de San Bernardo, ambas obras suyas, y para la que suponemos que, más allá del tiempo físico, la concepción y ejecución se planteará de manera diferente. ¿O no existe realmente tanta diferencia?

Existe tanta que es muy difícil trabajar la miniatura y la pequeña escala, más de lo que la gente se cree. Cada pieza además ha de cumplir una función y no todas han de medirse con el mismo criterio. Una cartela o escena pasional no tiene las misma intención que un querubín, pero ambos tienen la dificultad de expresar mucho en un menor tamaño, añadiendo la propia dificultad técnica y la complejidad de las proporciones. Cada pieza de imaginería ornamental tiene su aquel.

Arcángeles Virgen de la Salud de San Isidoro. Sevilla

13.- Usted ha trabajado en proyectos como la corona de espinas del “Cachorro” o Jesús Nazareno de Rute, o la restauración del misterio de la Hermandad de la Macarena, entre otros. ¿Trabajar sobre estas obras sigue siendo trabajo, o trasciende de la rutina diaria debido a tratarse de imágenes o hermandades con una elevadísima devoción?

Se les añade un componente de transcendencia grandísimo, al menos en mi caso. Y al igual, devocional cuando se tiene entre manos imágenes de tanta importancia tanto artística como devocional. Poder acariciar al Cachorro, sentir que casi tiene aliento subido a su altura en la Cruz, eso no se como explicar lo que se siente, y va mucho más allá del trabajo, pero para mi que lo siento como cristiano y cofrade, para alguien que no lo sea, ya no se lo que significaría.

Fernando Aguado junto al Cachorro.

14.- Personalmente me llaman especialmente imágenes suyas como el Descendimiento de Hellín, Traslado al Sepulcro de Cabra o Nuestro Padre Jesús de la Salud de Jerez de la Frontera. No vamos a pedirle que elija usted entre sus obras, pero ¿podría decirnos al menos si ha existido coincidencia entre aquellas obras de las que usted se sintió más orgulloso y la manera en la que el pueblo las recibió? O al revés. Imágenes sobre las que le haya sorprendido el acogimiento popular, por encima incluso de sus expectativas.

A día de hoy no puedo quejarme de cómo se ha recibido mi obra. Cada ciudad, cada Hermandad lo vive de forma diferente, cada persona es un mundo por lo que tendríamos muchos testimonios y opiniones. Sí me llama especialmente la atención como se acogió a mi Señor de la Salud de Jerez en el barrio más humilde de la ciudad, y eso que sustituía al Cristo anterior…. fue diferente, aquello me dejó marcado porque parece mentira cuánto puede llegar a calar en la fe de los devotos lo que sale de nuestras manos cuando lo hacen suyo.