viernes, 7 de febrero de 2014

Entrevista a Rafael Moreno y Moisés Ríos. Autores de "¿Locos del costal?" (II)

11.- En relación con los resultados, uno de los aspectos fundamentales tanto del libro como del mundo cofrade (y no cofrade) es conocer las motivaciones que mueven a una persona a ser costalero. ¿Qué mueve a una persona a meterse bajo un paso?

            Antes de hacer esta investigación siempre habíamos escuchado que se era costalero por devoción a las imágenes y a lo que representan, o por afición al oficio o gusto por un trabajo bien hecho. Con nuestro estudio hemos podido descubrir que son más variados los motivos que hacen que un costalero decida meterse bajo un paso. Uno de esos otros motivos es la amistad o el compañerismo, Muchos de los costaleros entrevistados comentaron que se acercaron a este mundo de la mano de amigos que los introdujeron en él y con los que comparten vivencias dentro y fuera de los pasos. El sentimiento de identidad o pertenencia es otro de los motivos, ya que muchos sacan un paso porque se sienten identificados con esa hermandad concreta o con la Semana Santa y la ciudad en general, de modo que saliendo de costaleros les gusta sentirse parte significativa de uno más de esos colectivos y un eslabón más de una cadena de sentimientos que viene del pasado y que se proyecta al futuro. Finalmente, hay costaleros que manifestaron que les motiva que su trabajo les permita obtener determinadas recompensas externas como la admiración, reconocimiento y agradecimiento que reciben de otras personas por lo que hacen. Estos tres motivos, además de la devoción a las imágenes y de la afición al oficio, son los que hemos encontrado que hacen que alguien se meta debajo de un paso, funcionando unos u otros en mayor o menor medida según las personas y momentos.
Cuadrilla de la Hermandad del Calvario. Donante de órganos. 2010


12.- ¿Y para continuar haciéndolo?

            Lo que hemos encontrado es que los motivos que les hacen mantener esta actividad son similares a los que los llevan a sacar pasos por primera vez. Eso no significa que los motivos iniciales permanezcan durante el resto de años en que se sale de costalero, ya que con el tiempo pueden surgir motivos nuevos que incluso tengan más fuerza que los primeros. En este sentido, por ejemplo, hubo costaleros que nos contaban que empezaron en una cuadrilla por tener allí amigos y, con el tiempo, se mantuvieron en ella por devoción a las imágenes o por un creciente sentimiento de identidad o identificación con la hermandad o el barrio.

13.- Podríamos pensar que dichas motivaciones no se mantienen inalterables a lo largo del tiempo, o ¿por el contrario coinciden en los costaleros que llevan poco tiempo con aquellos que “portan galones” dentro de la cuadrilla?

            Cada costalero tiene sus propios motivos para sacar un paso. Y pueden coincidir en distintos costaleros independientemente de que lleven más o menos tiempo en una cuadrilla concreta. Además, como dijimos en la pregunta anterior, con el tiempo las motivaciones pueden cambiar.


14.- ¿Se han tenido en cuenta a la hora de valorar los resultados los estratos sociales de los entrevistados o cualquier otro aspecto socio económico? ¿O por el contrario estos factores exógenos a las propias labores de carga no aportan nada destacable a los resultados?

            Entendemos que esos factores que señalas pueden ser importantes. El nivel cultural y el económico, sobre todo de procedencia familiar y social, de cada costalero pueden hacerles vivir ese mundo de determinadas y distintas maneras. También la cantidad y sentido de sus experiencias como costaleros, y el tipo de hermandades que han sacado, son factores que pueden influir en cómo actúan, piensan y sienten como costaleros. Por eso en el conjunto de nuestra muestra procuramos que se diera toda esa variedad de casos. Hemos estudiado así a costaleros de diferentes niveles culturales y económicos, a costaleros con 18 años y con más de 60, y a costaleros que habían sacado pasos únicamente en la Semana Santa anterior y otros con muchos años de experiencia, incluyendo los últimos años de los antiguos o mal llamados “profesionales” y de la transición a los denominados “hermanos costaleros”. Entrevistamos a costaleros que sacan una cofradía al año, normalmente la que consideran como suya, y a otros que cada Semana Santa sacan cinco o más cofradías. Y también incluimos en nuestro estudio a costaleros que sacan cofradías “de negro”, del centro de la ciudad, tenidas por más serias, y a los que sacan cofradías más populares, de barrio, consideradas “más alegres”.

            De esa forma, procurando que en nuestra investigación estuviera presente toda esa variedad de costaleros, tratábamos de facilitar que los resultados describieran de manera ajustada o representativa los objetivos que nos habíamos planteado. Y como lo que nos interesaba estudiar era el colectivo de costaleros como tal, y no personas concretas o a grupos determinados de ellas, no detallamos las diferencias que pudieran encontrarse entre tipos de costaleros.
Nos reafirmamos en esa opción al suponer lo que capataces con mucha experiencia confirmaban: Que las diferencias individuales se reducen bajo el paso. Ahí prima el carácter colectivo de la tarea, a la cual se someten las diversas formas de ser que existan bajo el paso, que por otra parte son de todos los tipos posibles, habiendo costaleros extravertidos y reservados, serios y a los que les gusta bromear, predominantemente optimistas y otros que tienden a fijarse más en lo problemático y difícil de las situaciones.

15.- Uno de los apartados de su libro se titula ¿son masoquistas los costaleros? Es curioso que saliera la necesidad de hacerse este planteamiento pues en no pocas ocasiones los costaleros son tachados como tales, sin saber muy bien estos últimos qué contestar para explicar sus motivaciones. ¿Sabían los entrevistados expresar lo que sentían o se debió actuar como si de “psicoterapia” se tratara, traduciendo las múltiples respuestas en sentimientos concretos?
       
     Hemos tenido oportunidad de entrevistar a personas que expresaban de forma directa y clara sentimientos concretos y otras a las que les costaba algo más expresarlos. Parte de nuestro trabajo consistía precisamente en facilitar la expresión de ideas y emociones mediante preguntas, peticiones o ayudas. Muchas veces pedíamos a los entrevistados que describieran situaciones concretas que hubiesen vivido para, a partir de ellas, profundizar en los significados que para ellos tenían dichos momentos. Se trata de una forma de investigar que pretende profundizar y no quedarse en la superficie. A modo de ejemplo, casi todos los entrevistados dijeron que salían de costalero porque les gustaba. Sin embargo, ese gusto podía ser muy diferente entre unos y otros según las motivaciones de cada quien, debiendo facilitar nosotros que lo explicaran.


Costaleros Hermandad del Calvario. 2013


16.- Algo curioso que sucede en muchas cuadrillas, por no decir en todas, es la identidad del individuo con el grupo y la percepción de que dicho grupo es diferente al resto. Los aspectos antropológicos de pertenencia a un grupo, identidad o seguridad parecen salir en algunas de las respuestas obtenidas, y por tanto más allá de cualquier aspecto devocional; aún cuando las motivaciones pudieran ser religiosas. ¿Es contradictorio este aspecto?

            No es contradictorio porque devoción e identidad son motivos distintos y no incompatibles, como de hecho lo hemos encontrado en una parte de los entrevistados. Muestra de ello es que hemos entrevistado a costaleros que lo eran por ambos motivos, otros a los que solo les movía uno de ellos y otros más para los que ninguno de esos dos motivos tenían importancia, saliendo de costaleros por uno o más de los tres motivos restantes que hemos encontrado y señalado anteriormente: afición al oficio, compañerismo y reconocimiento externo.

17.- Aparte de las motivaciones personales, en el libro se describe una serie de factores externos que pueden llegar a influir en los costaleros, como el propio grupo, el capataz, el acompañamiento musical. ¿Qué importancia relativa tienen estos otros factores?

            Según lo que hemos encontrado, esos y otros muchos factores tanto del medio como del propio costalero pueden influir en la labor de éste. Las personas entrevistadas nos decían que en muchos momentos hay factores determinantes para el discurrir del paso, ya que todos pueden afectar a lo que hace, piensa o siente el costalero. Por ejemplo, con unas palabras de aliento un capataz puede hacer que los costaleros se “vengan arriba” en momentos de especial dificultad, al igual que una marcha concreta o el aplauso del público pueden conseguir el mismo resultado.

18.- Suponemos que en la teoría, la mayoría de los costaleros coincidirían en sus respuestas, pero ¿qué características personales se le atribuyen al buen costalero?

           Además de un mínimo de condiciones físicas que le permitan llevar el paso y de unos suficientes conocimientos técnicos, las personas entrevistadas coinciden en señalar que un buen costalero ha de ser responsable, honesto, buen compañero, humilde, debe estar dispuesto a aprender y a aprovechar los ensayos, y debe tener capacidad de aguante en los malos momentos así como confianza en su capataz y compañeros. Muchas de estas características las resumían en una sola cuando nos decían que “para ser costalero hay que ser buena persona”. La experiencia en el mundo de las trabajaderas también se mencionaba como otro factor personal que influye en la labor del costalero, ya que a más experiencia se tienen más conocimientos y recursos técnicos.

19.- De las gualdrapas vemos salir costaleros fuertes o costaleros muy “canijos”. ¿Hasta qué punto se le da importancia a este aspecto?

            La mayoría de los entrevistados coincidían en que para ser costalero no hay que ser un superhombre. Basta tener unas condiciones físicas normales como ilustran muchos costaleros de constitución no precisamente atlética. También coincidían en que aunque esa condición física puede tenerse por constitución, normalmente se puede mejorar o adquirir con un adecuado entrenamiento en resistencia más que en potencia, algo especialmente conveniente si la ocupación del costalero el resto del año no le exige una actividad física que le ayude suficientemente a estar en forma para sacar pasos.

Ensayo Nuestra Señora del Mayor Dolor. 2012

20.- Durante la toma de datos han conocido a costaleros que vivieron los años que separaron a los costaleros profesionales de los actuales “hermanos costaleros” (aunque no necesariamente lo sean). ¿Dónde confluyen ambos mundos?

           Diríamos que confluyen en todos los motivos que hemos encontrado excepto en la retribución económica. Aunque los costaleros antiguos cobraban, esa no era la única motivación que les hacía ser costaleros, al menos a la mayoría de ellos. La afición al oficio, la identidad con la cuadrilla, el capataz o la hermandad, el reconocimiento externo y también la devoción en algunos casos eran entonces motivos para salir de costalero, igual que lo fueron y son en épocas posteriores.

21.- ¿Se repiten algunas pautas en ambos mundos?

            Las condiciones de vida de los antiguos y nuevos costaleros eran considerablemente diferentes. Por otra parte, los ensayos antes no existían a diferencia de lo que sucedió con la llegada de los hermanos costaleros. La forma de llevar los pasos tampoco era igual. Sin embargo, la responsabilidad de una buena parte de los actuales costaleros antes de la Semana Santa y de la salida de la cofradía quizás no fuera muy diferente antiguamente. Recordar y revivir a lo largo del año los momentos vividos debajo del paso es otro aspecto común. Y también como les ocurre a los actuales, cuando los antiguos no encontraban los motivos que les hacían ser costaleros, buscaban otra cuadrilla o dejaban la actividad. Además, para unos y otros, retirarse del costal era y es difícil, aunque antes permanecían bajo las trabajaderas hasta incluso después de los 60 años en algunos casos, pasando después algunos a tareas como la de aguaó, listero o ayudante del capataz para no desvincularse de ese mundo. Y quizás, sobre todo, los antiguos y los nuevos coinciden en el orgullo que sentían y sienten muchos de ellos por su trabajo y su cuadrilla.

22.- Finalmente y desde un punto de vista más personal, ¿qué aspectos recordarían entre los que más les hayan llamado la atención después de tantas entrevistas y encuentros con costaleros?


            No es fácil destacar algunos entre tantos y tantos aspectos encontrados y vividos en nuestro estudio. Quizás y por encima de todos señalaríamos la pasión de la inmensa mayoría de los entrevistados por lo que hacen en los pasos, la “locura” por la que nos preguntamos en el título del trabajo. Escucharles contar numerosas anécdotas vividas, rememorar situaciones duras que han pasado bajo los pasos, y cómo las han superado y convertido en ocasiones de disfrute personal y colectivo, han sido momentos especiales que hemos tenido el privilegio de vivir, y que hemos intentado trasmitir a quienes lean el producto de nuestro trabajo.
Costaleros Nuestra Señora del Mayor Dolor. 2013

Desde Costaleros del Calvario Córdoba agradecemos a los autores de este libro, Rafael Moreno y Moisés Ríos su amabilidad al atendernos y compartir con nosotros los resultados de tan interesante estudio, así como a la editorial Abec por habernos facilitado el contacto.


Moisés Ríos Bermúdez y Rafael Moreno Rodríguez. Autores de "¿Locos del Costal?"

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